“DREAMers:
Living in the Shadow of Hope” – “Soñadores: Viviendo en la Sombra de la
Esperanza” de Annie Brewer y Lynn Hoffman-Brouse es un libro de palabras e
imágenes que cuentan las experiencias de los estudiantes indocumentados. Se
puede encontrar información sobre el libro y sobre U-DREAM, un fondo para
proveer becas a los soñadores: www.educationopps.org
“La ley
es siempre corta y estrecha para una comunidad en crecimiento,” escribió Robert
Penn Warren. Este concepto se aplica claramente a un sistema migratorio
desfasado e inadaptado a las necesidades económicas y sociales del siglo
veintiuno.
Una
sociedad y una economía dinámica requieren un sistema dinámico, no uno
estancado en sus fundamentos del año 1965. El desafío de la reforma migratoria
tiene que ver con malas leyes, no con malas gentes.
Algunos
cambios básicos son fáciles de señalar. Las cantidades de visados para la vía
de familia y la vía del empleo deberían ajustarse a las demandas actuales. Hay
que simplificar los procesos y hacerlos más eficaces para mejorar la
competitividad global.
El
sistema de verificación del estatus debe de mejorar y ser más equitativo. Los
programas a nivel federal, estatal y local podrían integrar de manera más
amigable y fructífera a los inmigrantes. Hace falta colaboración internacional.
Un
obstáculo importante a la reforma migratoria es como tratar a los once millones
de indocumentados que viven en el país. Más de sesenta por ciento de ellos han
vivido en Estados Unidos durante diez años o más, pero la mayoría de ellos no
tienen ninguna manera realista de arreglar su estatus.
Cada
vez, más personas y economistas están de acuerdo: los trabajadores
indocumentados son beneficiosos para la economía. Las consecuencias desastrosas
de las leyes antiinmigrantes de Arizona causaron en buena parte la derrota del
legislador que propuso dichas leyes.
Algunos
políticos han exigido más responsabilidad por parte de los indocumentados, pero
la realidad es que los indocumentados en general ya son más que responsables.
Una vez un indocumentado de veintitantos años me contó: “Hoy podría ser tu
último día. Cualquier día podríamos caer detenidos, capturados mientras
trabajamos. No puedes saltar ningún semáforo en rojo, ni en amarillo. No puedes
meterte en ningún problema.”
En
marzo 2012, pregunté a una audiencia en la radio que dirían a los políticos si
pudieran hablar directamente con ellos. Las respuestas llegaron rápidamente por
texto, correo y teléfono:
“Ellos
deberían escuchar nuestras historias. Somos buena gente. Venimos aquí para
sacar adelante a nuestras familias.”
“Muchos
de nosotros tenemos buena formación y educación. Todos tenemos talento y como
cualquier ser humano, merecemos un trato digno. Somos indispensables aquí.”
“Se
deben de mejorar la calidad de las escuelas para los jóvenes. Hay que reducir
la cantidad de estudiantes para cada maestro. Los inmigrantes no buscamos la
caridad, solo la oportunidad.”
En
relatar historias personales de los jóvenes indocumentados, “DREAMers: Living
in the Shadow of Hope” agrega voces esenciales a la conversación sobre una
reforma migratoria humanitaria y justa.
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