Las claves del éxito deberían ser la educación y el esfuerzo. Los hispanos aportamos mucho a nivel económico, cultural y social. Nos hemos vuelto imprescindibles en muchos aspectos. Desafortunadamente, siempre está presente el tema migratorio. Que curioso que en un país de inmigrantes encontramos tanta resistencia a una política más humanitaria.
Es válida una crítica al Presidente Obama por no haberse esforzado lo suficiente para impulsar una reforma migratoria. A la vez, señalo que la reforma migratoria es responsabilidad del Congreso y que unos extremistas del partido Republicano han prometido bloquear cualquier reforma migratoria que proporcionaría una oportunidad a los indocumentados para legalizar su estatus.
El 15 de junio, el Presidente Obama anunció una iniciativa administrativa para parar las deportaciones de algunos indocumentados. En su esencia, la iniciativa implementaría algunos principios del Acta de Sueño de 2010 que fue bloqueado por algunos Senadores Republicanos en diciembre de ese año.
Un político: ni amigo ni enemigo. Sin embargo, hace falta decir la verdad. La iniciativa del Presidente Obama es un juego político. Pero es un juego político mucho mejor que la oposición Republicana que busca la auto-deportación de los indocumentados.
Si los Republicanos quieren demostrar su buena voluntad de buscar una solución migratoria, deberían declararse a favor de un trato humanitario de los indocumentados, como mínimo a favor de los jóvenes indocumentados. Si no pueden hacer ni eso, sus quejas en contra del Presidente Obama son mentiras.
Es importante recalcar que la directiva se implementará dentro de un plazo de 60 días a partir del 15 de junio de 2012. Será importante actuar a tiempo, pero siempre con calma. La mejor manera de proteger los derechos es conocerlos.
El gobierno ha declarado que no quiere deportar a las personas que cumplen con cinco criterios:
1. vino a los Estados Unidos siendo menor de dieciséis años de edad;
2. ha residido ininterrumpidamente en los Estados Unidos durante al menos cinco años antes del 15 de junio de 2012 y está presente en los Estados Unidos en ese mismo día;
3. está asistiendo actualmente a la escuela, se ha graduado de la enseñanza secundaria, ha obtenido un certificado de desarrollo de educación general, o es un veterano que ha sido dado de alta con honores de los Guardacostas o las Fuerzas Armadas de Estados Unidos;
4. no ha sido condenado por un delito mayor, un delito menos significativo, múltiples delitos menores ni representa una amenaza para la seguridad nacional o la seguridad pública;
5. no es mayor de treinta años de edad.
Se abre incluso la posibilidad de aplicar a los que han recibido órdenes de deportación, siempre que cumplan con dichos criterios. De una población indocumentada de 11.5 millones, se estima que entre 8 y 10 por ciento podrían presentar una solicitud para calificar.
¡Ojo! Aunque una persona calificada podría solicitar un permiso de trabajo, eso no significaría una residencia permanente. La acción del Presidente Obama representa un paso favorable para muchos, pero es el Congreso que tendría que promulgar una reforma más amplia y permanente.
Aviso: El gobierno federal ha hecho un aviso que tardará hasta 60 días en implementar el proceso. Hasta finalizar el proceso, se rechazará cualquier solicitud. No hay listas de espera. Es decir, cuidado con los estafadores.
Opino que el Presidente Obama ha impulsado un cambio favorable. Pero hay que seguir abogando. El Congreso debería actuar para hacer permanente este cambio y para extender el trato humanitario a todos los indocumentados que han contribuido tanto al estado y al país.