Hay una
oportunidad grande de impulsar una reforma justa y humanitaria. Varias
organizaciones ya han empezado una campaña que ganará más visibilidad a partir
del 21 de enero, un día después de la inauguración de Barack Obama como
Presidente de los Estados Unidos por la segunda vez.
Obama
mencionó varias veces durante su campaña la necesidad de una reforma
migratoria. En octubre, Obama dijo a un periódico de Iowa, “Y yo quiero hacerlo
- [llevar a cabo la reforma migratoria] – porque es lo correcto y porque me he
preocupado por este asunto desde mi candidatura de 2008.” Hay que ser
cautelosos con los políticos, pero desde su reelección, Obama ha repetido
varias veces su determinación de impulsar una reforma migratoria. Tendrá que
cumplir.
Hablando
acerca del precipicio fiscal en un programa nacional el 30 de diciembre de
2012, Obama señaló la importancia de la reforma migratoria en 2013: “He dicho
que reparar nuestro sistema fallido de inmigración es una prioridad principal.”
En hablar sobre las prioridades del segundo mandato, Obama puso primero la
reforma migratoria para el 2013.
La duda
que tienen algunos es que la reforma migratoria ha sido un tema pendiente
durante más de diez años. Y varios intentos de llevar a cabo una reforma
fracasaron en 2005, 2006 y 2007. Y el mismo Presidente Obama no cumplió con una
promesa hecho como candidato en 2008 de impulsar una reforma migratoria en el
primer año de su mandato.
No
desestimo la crítica, pero el momento es diferente. El 2 de enero de 2013, el
Congreso resolvió el precipicio fiscal llegando a un acuerdo con la
administración de Obama. Esto ocurrió a pesar de la resistencia de muchos
Republicanos en la Camera de Representantes.
Una
reforma migratoria justa y humanitaria también tendrá que pasar por la resistencia
de algunos Republicanos en el Congreso. Sin embargo, parece que el ambiente ha
cambiado. Unos Republicanos claves ya se han declarado a favor de llegar a un
acuerdo sobre la reforma migratoria.
Un
político ni amigo ni enemigo. Tanto los políticos Demócratas como los
Republicanos votan conforme con un calculo de intereses, en un sentido
confirmando la veracidad del dicho: en la política no existen amigos, solo
intereses. Y lo más importante en la política son los votos.
En las
elecciones del 6 de noviembre, el Presidente Obama ganó un segundo mandato por
más de 3 por ciento a nivel nacional. Un dato importante es que el voto
latino/hispano creció de 9 por ciento del electorado en 2008 a 10 por ciento
del electorado en 2012. Más de 70 por ciento de eso votantes votaron a favor de
Obama. Otro dato curioso es que el voto asiático voto incluso más a favor de
Obama.
Según
un analisis de impreMedia-Latino Decisions, el voto latino dio una ventaja neta
de 5.4 por ciento a favor de Obama, más en los estados claves de Colorado y
Nevada. Sumando a eso el voto asiático, los Republicanos se encuentran con un
precipicio demográfico.
Los
Republicanos tendrán que resolver el precipicio demográfico o conformarse con
un deterioro de influencia nacional. Llegar a un acuerdo sobre una reforma
migratoria es parte del camino de ese partido.
El
ambiente político para la reforma migratoria ha cambiado, pero lo básico no.
Hay
tres preguntas fundamentales que sugerí en un artículo publicado en The Salt
Lake Tribune en 2006:
1.
¿Cómo debería funcionar el sistema para los que quieren venir aquí?
2. ¿En
la frontera y en el interior, cómo debería el sistema asegurar el cumplimiento
con y el respeto hacia la ley?
3.
¿Cómo debería el sistema tratar a una población indocumentada de más de once
millones de personas?
La
tercera pregunta ha sido difícil para muchos políticos, y han intentado
esquivarla. El problema es que la respuesta a esa pregunta tiene que ser parte
fundamental de cualquier reforma.
Cada
vez más por razones económicas y sociales, la reforma es necesaria e
inevitable. En vez de esquivar la tercera pregunta, deberíamos ponerla en
primer lugar y abogar por una legalización que incluye un camino hacia la
ciudadanía, una parte clave de cualquier reforma humanitaria y sostenible.