martes, 17 de mayo de 2016

Inmigración: pasado, presente y futuro

La reforma migratoria no ha avanzado durante la administración del presidente Barack Obama. En diciembre de 2010, el DREAM Act para los estudiantes indocumentados se frenó en el Senado por no poder alcanzar 60 por ciento de los votos en esa cámara. Una propuesta de reforma íntegra se aprobó en el Senado en junio de 2013, pero nunca recibió una votación en la Cámara de Representantes.

En los últimos meses del mandato de Obama, no hay posibilidades de una reforma migratoria. Lo que sí hemos visto han sido acciones ejecutivas para suavizar el sistema para muchos y asegurar algo de estabilidad para algunos indocumentados que cumplieron con los criterios de la acción diferida para los llegados en la infancia (“DACA” por sus siglas en inglés).

Desde noviembre de 2014, el gobierno ha estado priorizando los casos para la deportación. Hay un enfoque en los indocumentados que han sido condenados por delitos graves, varios delitos menores o delitos menores significativos. Un delito menor significativo es conducir bajo la influencia de alcohol o drogas. En miles de casos, un antecedente de ese tipo ha servido como justificante de la detención de un indocumentado con muchos años aquí y una historia casi intachable. Parece injusto esa política de mano dura en miles de casos.

Si un indocumentado no cae entre la prioridades para la deportación, el riesgo actual de tener que enfrentar cargos es muy bajo a no ser que la persona sea una persona recién entrada o una persona que ha tenido problemas con inmigración desde el primero de enero de 2014, sobre todo una orden de deportación. Recalco que han habido muchas injusticias y una aplicación francamente arbitraria durante varios años. Sin embargo, el riesgo de deportación es muy baja en estos momentos para los indocumentados que llevan tiempo aquí y no tienen antecedentes.

Una dinámica de la política migratoria ha sido las deportaciones. Es una polémica por la manera de contar y la manera de detener. No obstante, ha habido más de dos millones de deportaciones durante los siete años y algunos meses del mandato de Obama. Hay varias razones incluyendo la presión de los republicanos a favor de mano dura, la idea de que la mano dura de Obama abriría la posibilidad de una reforma migratoria, y una lucha entre los estados por salir como estado amigable o enemigo de la inmigración indocumentada.

Es difícil aclarar la situación. Arizona por SB1070 salió claramente como el estado más feroz con la mano dura en contra de la inmigración. Utah salió algo esquizofrénico es ese aspecto: fue el primer estado en copiar la lay de Arizona, pero a la vez, intentaron vender la idea de permisos de trabajo para los indocumentados a nivel estatal. Le salió mal a Utah porque en ningún momento podía conseguir fundamento legal para su programa. Las leyes de Utah salieron inconstitucionales tanto por la mano dura como por el trato más amigable. California ha salido como el estado amigable con los inmigrantes, algo irónico dado la política de mano dura que salió de ese estado en 1994.

A fin de cuentas, la política migratoria sigue como juego para ganar votos o popularidad a nivel local, estatal y nacional. El precandidato republicano Donald Trump captó mucha atención el año pasado con su campaña en contra de los indocumentados, incluso contra los mexicanos. Sigue repitiendo su intención de construir un muro en la frontera sur de los Estados Unidos. Contra los pronósticos de muchos analistas y la certeza de muchos líderes republicanos, Trump está a punto de ganar el nombramiento del partido republicano.

El partido demócrata está a punto de dar el nombramiento a Hillary Clinton. Clinton ha prometido priorizar la reforma migratoria en los primeros meses de su mandato. Además, Clinton ha explicado que extendería y ampliaría las acciones ejecutivas de Obama. La elección que se llevará a cabo el 8 de noviembre de 2016 presenta un contraste claro con respecto a la política migratoria. Clinton v. Trump: la política de legalización o regularización contra la política de deportaciones y un muro.

Las acciones ejecutivas están delante de la Corte Suprema. En abril, los ocho jueces escucharon argumentos sobre la Constitucionalidad de dos programas de la administración de Obama: la ampliación de DACA y la implementación de la acción diferida para los padres indocumentados de hijos que son ciudadanos o residentes permanentes del país y que nacieron en o antes del 20 de noviembre de 2014. Los padres tendrían que pasar por un chequeo de antecedentes y demostrar una estancia desde el 1 de enero de 2010. El programa se conoce como “DAPA” por sus siglas en inglés.

Se espera una decisión de la Corte Suprema a finales de junio. Ese fallo podría desbloquear o dejar intacto un bloqueo legal a DACA amplio y DAPA. Cabe señalar que DACA amplio y DAPA no serían reformas permanentes, sino programas temporales en base a las acciones ejecutivas.


En resumen, la política migratoria pasa por varios caminos a corto, a medio y a largo plazo. A corto plazo, la Corte Suprema anunciará su decisión a finales de junio de 2016. A medio plazo, el 8 de noviembre de 2016, los votantes decidirán (a través de sus estados y el Colegio Electoral) el ganador de las elecciones. Por la Constitución, el/la nuevo presidente asumirá sus funciones a mediodía el 20 de enero de 2017. A largo plazo, vendrá el intento de suavizar o endurecer la política migratoria. No es camino fácil.
Blog Information Profile for alvarezkjarsgaard