(Este artículo es de Lorena Gómez, guía Montessori, y Mark Álvarez)
Se arranca el año escolar. La educación es un tema fundamental para los niños y los adultos. En muchos sentidos, todos somos estudiantes y maestros.
Hace ocho años se implementó el sistema dual en la escuela Montessori Community. Tuvo influencia en el desarrollo de otros programas. Los programas duales van creciendo, tanto en las escuelas públicas como en las privadas.
Los programas duales se imparten de varias maneras, y esto está bien mientras se mantienen fiel a la idea de impartir la enseñanza en dos idiomas. Este artículo se trata del método para inglés-español en una aula.
El método Montessori se basa en las ideas y un sistema formulado por María Montessori, una italiana, hace más de cien años. Funciona a base de aulas estructuradas para despertar la curiosidad de los niños. Los maestros o profesores en el sistema se etiquetan como guías. El la aula preescolar, hay treinta estudiantes y tres guías, una que habla español durante el día.
En la aula, los niños eligen tareas que les ayudan desarrollar sus capacidades. Lo hacen de manera individual o a veces con la ayuda de otro niño. En el programa dual, se reserva una zona para la exploración y el aprendizaje del español. Hay una guía dedicada a esta zona.
La guía anima a los niños explorar el idioma y también la cultura. Es un logro ser bicultural y bilingüe. A la vez, puede ser divertido. Con estos fines, los niños pueden realizar sus trabajos en español y empezar una portafolio o un cuaderno donde guardan las cosas que crean durante el año.
Hay actividades para toda la clase, entre otros cantar, contar, leer libros o jugar. Un modelo de Liesl Johnson, una bibliotecaria de la Biblioteca Pública de Salt Lake City, usa Cada Niño Listo Para Leer que enfatiza hablar, cantar, leer, escribir y jugar como pasos hacia las competencias literarias para los estudiantes preescolares. Esto coincide con lo que hacen en el programa dual Montessori.
Se ha estudiado mucho el aprendizaje de idiomas. Los niños tienen algunas ventajas. La curiosidad natural les ayuda. Parece que no tienen tanto miedo a cometer errores. Los adultos con frecuencia se paran a si mismo por no pronunciar bien o fallar en la gramática. Los niños, sobre todo los muy jóvenes, no suelen tener tanto miedo.
Los niños modelan mejor los acentos. Muy pocas personas que aprenden un idioma como adulto llegan a dominar el acento correcto. Muchos niños pueden hacer esto hasta dominarlo como lo hace con su lengua materna. Por supuesto, estos niños normalmente han empezado el aprendizaje desde muy pequeños.
Los padres tienen un papel sumamente importante. Si el niño se siente cómodo hablando o explorando otro idioma, tendrá más posibilidad de progresar. Cuanto más habla, más progresará.
Los padres pueden practicar con los niños. La mejor manera de ayudar es poner ejemplo. No quiere decir hablar perfectamente: solo el hecho de prestar atención al esfuerzo del niño le ayudará. El niño también llegará a apreciar más el idioma.
Casi todos hemos tenido aventuras con los idiomas. Aunque a veces duele cometer un error, vale la pena el esfuerzo. Deberíamos animar a los niños ir por ese camino de dos idiomas, incluso más.