La reforma migratoria se ve posible en el año 2013. Las leyes
estancadas y desfasadas están impidiendo el desarrollo pleno de la economía y
sus participantes.
El país no puede seguir haciendo la vista gorda a más de once millones
de personas que viven aquí sin documentos. No puede hacer la vista gorda a los
hoteles, los granjeros y otras empresas que están contratando a trabajadores
indocumentados por necesidad económica.
Hay que implementar un sistema de legalización, regularización o
amnistía. También, hay que actualizar el sistema de visados para coordinar los números con las necesidades económicas y sociales. Es importante integrar mejor a los inmigrantes y entender que el asunto migratorio es un asunto binacional, regional e internacional.
Hace poco, un político del partido Republicano (pidió el anonimato por
varias razones) me señaló tres obstáculos para la reforma migratoria:
1. La gente cruel o fría.
2. La gente que no sabe mucho sobre el asunto.
3. Los políticos que cambian su discurso conforme con sus seguidores.
Para cambiar el punto número uno, hace falta contar historias que
enseñan que los indocumentados no presentan una amenaza a la sociedad – que los
indocumentados aportan con su determinación, su fuerza de trabajo y sus
valores.
Para cambiar el punto número dos, hace falta presentar de manera
básica argumentos legales y económicos. Por ejemplo, muchos estadounidenses no
saben lo difícil que es venir al país con documentos, lo difícil o imposible
que es arreglar el estatus migratorio.
Algunos no aprecian los beneficios económicos que aportan los
indocumentados. Y desafortunadamente, otros estadounidenses creen que los
indocumentados se meten más fácil en la delincuencia. La verdad es que no.
Aparte, los indocumentados suelen oponerse tanto a la delincuencia como los
propios estadounidenses. Dicho eso, es importante para todos combatir la
delincuencia y solidarizarnos como comunidad.
Para cambiar el punto número tres, hay que cambiar la opinión pública.
Casi no tenemos líderes políticos en Utah que demuestran valentía con respeto
al tema migratorio.
Más que nada, tenemos políticos que han buscado la imagen en vez de la
sustancia. O los que buscan la popularidad en vez de unas reformas justas y
sostenibles. Tenemos comunicadores que buscan amistades con los políticos en
vez de exigir responsabilidad. El resultado de todo esto es el estancamiento.
El liderazgo no es la responsabilidad ni de una persona ni de un grupo
de personas. Es la responsabilidad de todos nosotros de manera individual y
colectivo. Sugiero una abogacía basada más en los valores y los principios, no
en las personalidades. Lo que sigue es un modelo de principios para unas leyes
migratorias que ponen primero a los seres humanos:
La
declaración de valores de Enriching Utah Coalition se publicó en el año 2009.
Enriching Utah Coalition: La inmigración se trata de todos nosotros:
"Una civilización se podría juzgar por la diversidad obtenida y la unidad retenida."--W.H Auden
1. Los inmigrantes benefician a Utah de manera económica, cultural y social.
- La diversidad y la cultura fortalecen la sociedad
- A lo largo de la historia de Utah, el crecimiento de la inmigración ha acompañado la prosperidad económica. Los inmigrantes aportan competencias, determinación e iniciativa para proyectos económicos, culturales y sociales.
- Las sueños de los inmigrantes son consistentes con mejores condiciones para todos. Una integración mayor de los inmigrantes a base de trabajo colaborativo serviría los intereses de Utah.
2. Una ley eficaz de inmigración se tiene que implementar y administrar a nivel federal.
- La Constitución de Estados Unidos y la jurisprudencia de la Corte Suprema dan la autoridad sobre la inmigración al gobierno federal.
- Utah y el país se benefician más de un sistema migratorio uniforme que de un sistema de parches que cambia conforme con políticas diferentes de ciudades, estados o regiones.
- Las políticas migratorias de estados y ciudades suelen incrementar la tensión social e interferir con una mejora de las relaciones en y entre comunidades.
3. Los derechos humanos y la dignidad humana se tienen que respetar.
- Las leyes y la política migratoria se deberían guiar por los valores fundamentales de América, tales como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
- Los migrantes y los inmigrantes tienen derechos y responsabilidades garantizadas en la Constitución, tales como un debido proceso judicial, la privacidad, la libertad de incautaciones y cateos arbitrarios y la libertad de expresión.
- Las leyes de inmigración y sus prácticas se tienen que aprobar y administrar de una manera humanitaria y libre de discriminación, siempre respetando a las familias y la dignidad humana.