Donald
Trump es el favorito para ser el candidato del partido republicano para la
presidencia de los Estados Unidos. Algunos líderes e intereses del partido
republicano han organizando una oposición, pero parece tarde. Trump ganó tres
de los primeros cuatro estados en la contienda republicana, ganó en la mayoría
del estados del “supermartes”, y ganó otra vez anoche.
Había
un consenso que Trump saldría fortalecido de las primarias del principio de
marzo, quizás de manera aplastante para sus contrincantes. Así he sido a pesar
de algunos ataques de supuestos líderes del partido republicano.
El
fenómeno Trump me preocupa en parte y me fascina por otra parte. Trump ha
expresado algunas ideas radicales, incluso racistas. Ha tomado una postura
sumamente en contra de los inmigrantes indocumentados. Ha usado el tema de la
inmigración para demostrar en su retórica mano dura, incluso en contra de
cualquier flexibilidad con respecto a los inmigrantes documentados.
Me
fascina en parte porque creo que Hillary Clinton que va como favorita del
partido demócrata le ganaría a Donald Trump. Las ideas peligrosas de Trump no se
implementarían por la derrota que sufriría si sale como el abanderado del partido
republicano, algo más probable con cada día que pasa.
Hillary
Clinton tiene la experiencia, la formación y el profesionalismo para ganar la
elección que le llevaría a la Casa Blanca, esta vez como la Presidenta de los
Estados Unidos.
Donald
Trump no parece tener la experiencia para lidiar con los desafíos públicos,
trabajo diario de los presidentes. Tampoco tiene el temperamento. Esta es mi
opinión, pero dada la oposición de muchas personas e intereses, incluso gente
conectadísima al partido republicano, parece ser una opinión bastante común: a
fin de cuentas, muchas personas tendrían una resistencia a Trump.
A pesar
de la oposición, Trump sigue atrayendo a un segmento del electorado suficiente
amplio para poder estar donde está. Encima, Trump está involucrando a gente
desconectada de la política: gente harta de las mentiras de los políticos,
gente que ha creído que no tiene voz, etc.
Trump
representa un desafío para muchos hispanos. Él ha insultado a muchos
inmigrantes e incluso ciudadanos que son hispanos. Ha subido en las encuestas a
base de presentar una mano dura en contra de la inmigración.
Ya se
sabe que la mayoría de hispanos conocen a alguien que ha sufrido a causa de
unas leyes migratorias desfasadas, un sistema migratorio roto. Muchos
indocumentados tienen hijos ciudadanos, bastantes con la edad y la disposición
de votar.
Trump
ha animado una parte del electorado que se puede caracterizar como
políticamente dormido. Lo ha hecho en base a la furia, el miedo y la
exageración. El fenómeno Trump fascina; sin embargo, también preocupa el mismo
fenómeno.
Es
exageración comparar a Trump con lideres fascistas y nocivas para sus países y
la sociedad. No obstante, es importante frenar a Trump antes de que llegue a la
Casa Blanca. No tengo que escribir más sobre los peligros: se ven en la
retórica y las acciones de Trump. Hace falta activar a los hispanos y todos que
buscan una sociedad más abierta y cálida. El fenómeno Trump debería servir para
despertarnos y activarnos para la participación.