Donald
Trump es una vergüenza. También es el presidente de los Estados Unidos. El
presidente hará daño al país. También hará daño a las personas, entre ellas
algunos de nosotros. ¿Podemos hacer algo?
Durante
el mes de septiembre, el presidente criticó a algunos deportistas por haber
tenido la audacia de opinar sobre el racismo y la xenofobia que existe en
Estados Unidos, quizás incluso en la Casa Blanca. El presidente hizo un “tweet”
específicamente a Stephen Curry, un jugador estrella de los Golden State
Warriors, el equipo campeón de la última temporada de la asociación nacional de
baloncesto (la “NBA” por sus siglas en inglés).
El
“tweet” del presidente se lee: “Ir a la Casa Blanca se considera un gran honor
para un equipo campeón. Stephen Curry se vacila. Por lo tanto ¡se retira la
invitación!” (En ingles: “Going to the White House is considered a great honor
for a championship team. Stephen Curry is hesitating, therefore invitation is
withdrawn.” –@realDonaldTrump, la cuenta verificada del presidente)
Está
claro que Stephen Curry había rechazado la invitación antes de su retiro. El
presidente esta retirando una invitación ya rechazada. Libertad de expresión y
acción: nada malo en eso. Sin embargo, se puede perfectamente cuestionar el
profesionalismo de presidente: con su acción, Trump desprestigia la
presidencia. Se puede cuestionar también la lógica del presidente: Stephen
Curry es un jugador clave de los Golden State Warriors, pero no representa todo
el equipo (escrito eso, es probable que los compañeros de Stephen Curry y los
otros componentes del equipo como el técnico y sus asistentes se habrían
prestado mucha atención a se habrían solidarizado con Curry). Trump tiene el
derecho de hacer lo que hizo, pero la respuesta apropiada a Trump es el
silencio, la risa o la expresión “¡Cállate presidente!”
Después
de hacer el ridículo con Curry, el presidente expandió su crítica a los
deportistas (blancos, hispanos, negros, asiáticos, etc.) que en su esencia
expresen sus ideas sobre el racismo, la xenofobia y el estado de la sociedad
durante los eventos de deporte. Sin duda, el presidente quiere callar la
expresión de personas no conformes con su agenda. Es una vergüenza.
En
general, me molesta mucho lo que ha hecho Trump durante su presidencia. No
obstante, he intentado ignorarle. De esa manera, he controlado mis emociones y
la furia. Admiro a las personas que llevan cada día la lucha política contra este
presidente. Los activistas han mantenida viva una crítica importante contra
este presidente. Muchas personas han participado, incluso “dreamers”, artistas,
deportistas, trabajadores y mucho más.
En las escuelas primarias, se enseña la actitud respetuosa hacia las autoridades, hacia la presidencia. En la educación y la experiencia, aprendemos que hay excepciones a las reglas.
En este caso, Trump justifica la excepción. En voz alta: "Cállate presidente!"