Cuatro días después del retiro de los vendedores ambulantes del Centro Histórico, el ambiente se siente poco claro. No hay muchos puestos sobre las aceras y las calles, pero si han vuelto algunos de los vendedores.
Pasando por la Catedral Metropolitana, se ven gente con bolsas oscuras de plástico llenos de mercancía. No fueron libros de la feria de libros que se está celebrando en el Zócalo. Es dudable que sean de una compra. Más bien para la venta.
Se escuchan las voces de los vendedores que se parecen a una voz primordial: "5 pesos, 10 pesos o 15 pesos." Uno podría hasta pensar que todos los productos de México costaban eso. Encima, todo está de oferta.
Un hombre de veintitantos años gritaba: "gafas de sol de moda. 10 pesos." Con el respeto debido, lo dudo.
Calle Moneda no parecía la misma calle de hace una semana. Había policía del Operativo Centro Histórico vigilando. Peatones andaban por todas partes e incluso en la calle. No hacía falta navegar por un camino estrecho y serpentino entre un sinfín de vendedores. No obstante, los vendedores estaban allí. Las bolsas oscuras cantaban.
Girando por la calle Correo Mayor, se veía vendedores más atrevidos. No disponían de puestos, pero sí se habían organizado algunos mercados móviles. Y gritaban sus precios sin parar. Dos policías se acercaban a uno de estos mercados, y los vendedores se deslizaban hacía la esquina y después por la calle Soledad. Veinte segundos más tarde, las policías habían pasado. Los vendedores volvieron a su lugar.
Esto ocurre en la sombra del Palacio Nacional. Se dice que las ventas en tiendas formales pueden subir hasta 50%. Es posible. A la vez, las ventas de los vendedores ambulantes seguramente bajarán. Se puede entender las razones por las que no están contentos con el nuevo esquema.
Aunque la vida se ha puesto más difícil para los vendedores ambulantes, creo que seguirán en la lucha para sobrevivir. Se ven estos vendedores ambulantes más ambulantes y más rápidos.
Aunque a mi me gusta el Centro Histórico más ahora que antes, no caeré en la tentación de juzgar a los vendedores. Hace falta una reforma profunda en la estructura de la economía mexicana. Todos deberíamos cumplir con las leyes. Pero para ser justos, debemos de incluir en eso las leyes económicas. Y es exactamente a esas leyes a las que los vendedores con sus bolsas oscuras van adaptándose.
martes, 16 de octubre de 2007
Vendedores más ambulantes y más rápidos
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