Es costumbre poner propósitos o metas al principio del año. La educación
y la salud son temas fundamentales. Este artículo se dedica más al bienestar
físico, pero empieza con la educación.
Educación:
para las personas en la escuela, es lógico pensar en un título o en una carrera
como meta. Hay que siempre animar a los jóvenes: cada persona tiene tantas
posibilidades y las limitaciones más dañinas suelen ser las que nos ponemos a
nosotros mismos o a nuestras familiares.
Desafortunadamente,
existen desafíos importantes para muchos estudiantes hispanos. A la vez,
existen oportunidades como la de ser bilingüe. Hay que lidiar con los desafíos,
superar los obstáculos y aprovechar de las oportunidades. En ello, cada
estudiante y familia puede fijar sus metas.
La
educación es tan importante para los adultos como para los niños. Hay que
pensar en uno mismo, no por egoísmo sino por el ejemplo que uno puede dar.
“Renovarse o morir” es un dicho conocido. Si una persona no está progresando,
se quedará estancada o peor. Una meta podría incluir un curso. Podría tener
algo que ver con los idiomas, el inglés para algunos. Mi meta para 2013 es leer
un libro cada dos semanas, alternando entre el inglés y el español. Ya veremos.
Salud: Pongo la salud como algo sumamente
importante por la incidencia de sobrepeso y las consecuencias que conlleva en
nuestra comunidad. No juzgo a nadie, pero quiero animar a todos ser más activos
o mantener en un nivel saludable la actividad. Me incluyo a mi mismo. Mi meta
es hacer como mínimo 30 minutes de ejercicio todos los días.
El bienestar físico de
una persona depende fundamentalmente de la dieta y la actividad física.
Es importante cuidar de estos dos durante toda la vida, sobre todo con las
presiones, las distracciones y el ritmo de vida que todos llevamos en el siglo
veintiuno. El cuidado de nuestra salud nos ayudará a disminuir el riesgo
de enfermedades crónicas como la diabetes y también nos ayudará a llevar de una
forma más saludable el deterioro natural del cuerpo con el envejecimiento
y el creciente nivel de estrés que el ambiente nos impone. Además nos
dará más energía.
El concepto es
sencillo. Deberíamos implementar dos principios:
1. Comer
con sabiduría
2. Ser
activos
Lo difícil es vivir
conforme con estos principios. Aunque cada uno de nosotros tiene
necesidades alimenticias diferentes, comer con sabiduría es un principio para
todos. Una dieta balanceada y rica en frutas y vegetales, granos
integrales, legumbres y con una cantidad moderada en proteínas y grasas es
fundamental. Casi todos nosotros deberíamos comer más frutas y vegetales.
Aparte de cuidar nuestra
dieta, también deberíamos de prestar atención a los líquidos que
ingerimos. Todos conocemos este tema. Las bebidas azucaradas como
Coca-Cola, Pepsi, Sprite y refrescos hacen daño a nuestro cuerpo. La alta
incidencia de diabetes y sobrepeso se debe en parte al consumo de estas
bebidas. Es necesario tomar líquidos, sobre todo cuando uno comienza a
aumentar su actividad, pero en vez de una bebida azucarada y vacía de valor
nutritivo, uno debería elegir agua, preferentemente agua simple. Es la
mejor elección para el cuerpo y el bolsillo. De vez en cuando, no está
mal comer o beber algo azucarado, pero siempre con medida y precaución. Y
siempre pensando en el principio: comer con sabiduría.
En el ejercicio, como en
la vida, cada persona tiene que experimentar. Con el conocimiento y la
experiencia, uno va enterándose de lo que funciona y de lo que no. Por
ejemplo, correr es un buen ejercicio pero supone un desgaste para las rodillas
y los tendones. No tanto el nadar o saltar a la cuerda. Saltar a la
cuerda cuesta menos dinero y tiempo porque la cuerda es barata y uno
puede hacerlo en casa. Además es un ejercicio formidable para ponerse en
forma, inclusive para otros deportes como el tenis o el básquet. Quizás
el mejor ejercicio es caminar 30 minutos diarios.
Descansar es
importante. Descansar no significa necesariamente no hacer nada de
ejercicio al día. Descansar puede significar hacer menos ejercicio
durante un día o dos. Pocos deportistas entrenan fuerte todos los
días. Un corredor puede correr 90 minutos un día y 30 minutos el día
siguiente. Esto permite al cuerpo recuperar energía y adaptarse.
Este concepto de ejercicio y descanso completo o descanso activo es bueno para
todos.
Metas: cada persona
debería intentar hacer 30 minutos de ejercicio 4 días por semana. Si el
tiempo disponible es un obstáculo, puede hacer 15 minutos por la mañana y 15
minutos por la tarde o a mediodía. Cualquier ejercicio vale. Nadar,
correr, jugar al fútbol o lo que sea. Lo que estamos buscando es un
ejercicio agradable que podamos incorporar en nuestra rutina diaria.
Otros consejos: beber más
agua para mantener una hidratación adecuada, hacer ejercicio con otra persona
para ayudar con la constancia y anotar sus progresos en un calendario de
actividad física.
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