jueves, 28 de enero de 2016

El voto hispano, las elecciones de 2016 y Trump

Con cada elección durante las últimas décadas, se ha crecido el voto hispano. No obstante, la participación de este sector del electorado va por debajo de la participación de otros sectores y la participación. Esto ha ocurrido a pesar de los esfuerzos de algunos candidatos y muchas organizaciones.

El voto hispano no es monolítico; sin embargo, se ha etiquetado como el gigante durmiente, un sector que podría influir mucho en o incluso determinar el resultado de las elecciones a nivel federal, es decir de la presidencia. Según un estudio reciente de CNN en español y el Centro de estudios latinoamericanos, caribeños y latinos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, algo que impide esta influencia es la baja registración comparativa de los votantes hispanos. Mientras los votantes elegibles no hispanos tienen una registración sobre el 73 por ciento, los votantes elegibles hispanos tienen una registración sobre el 58 por ciento. No se ha variado mucho de 1992 a 2012. El porcentaje más alto de 59.4 ocurrió en 2008 y el porcentaje más bajo de 57.3 ocurrió en 2000. En 2012, 58.7 por ciento de los votantes elegibles hispanos se habían registrado.

Los votantes registrados hispanos votan menos de los votantes registrados no hispanos, pero la diferencia es menor, menos de 9 por ciento comparado con la diferencia de 15 en la registración. Tomando en cuenta la registración y el voto, podemos calcular que menos de 50 por ciento de los votantes elegibles hispanos votan en las elecciones presidenciales. Esto se compara con la participación de 66 por ciento o casi dos tercios de los votantes elegibles no hispanos.

A pesar de la baja participación, el voto hispano es factor importante. A nivel federal, el candidato demócrata Barack Obama ganó aproximadamente 71 por ciento del voto hispano contra el 27 por ciento del candidato republicano Mitt Romney. Eso equivalía a más de 4.5 por ciento de todos los votos, casi el margen ganador del presidente Obama.

En los estados más competitivos, los “estados claves,” el voto hispano es incluso más importante. Colorado, Nevada y Florida cuentan entre esos estados. En Colorado, el candidato Obama ganó 75 por ciento del voto hispano, lo que le daba la ventaja en su victoria. En Nevada, Obama ganó 70 por ciento del voto hispano, un poco menos que su porcentaje a nivel nacional pero suficiente para darle la victoria estatal. En Florida, un estado que muchos cubanos y supuestamente más republicano en sus preferencias, Obama ganó 60 por ciento del voto hispano, una ventaja que le daba la victoria estatal por menos de 1 por ciento, todo esto según estudios del Centro Hispano Pew y reportajes del periódico Washington Post (votos del colegio electoral).

El voto hispano sigue creciendo. También crece la atención que recibe. El puntero del partido republicano Donald Trump ha atacado una parte de la comunidad hispana con generalizaciones y estereotipos. Algunos le defenderían a Trump diciendo que él se refiere sólo a los indocumentados, a los inmigrantes o a una parte nociva de la comunidad hispana.

Sin duda Trump ha influido en la conversación sobre la inmigración y la posibilidad de efectuar reformas en el sistema. Los candidatos del partido republicano se han vuelto más estrictos en sus conceptos sobre una reforma migratoria y sus medidas. Algunos candidatos republicanos que apoyaron reformas en el pasado han modificado sus posturas.

En cambio, los demócratas Hillary Clinton, Bernie Sanders y Martin O’Malley han abogado a favor de una reforma migratoria integral y a favor de medidas temporales que aliviarían las ansiedades de los indocumentados y sus familias.


A fin de cuentas, el factor Trump podría animar a más hispanos y asiáticos buscar la ciudadanía que les permitiría votar en las elecciones de 2016. Tal vez, se registrarán a niveles más altos. Sin duda Trump ha despertado a mucha gente a favor o en contra de su candidatura. Por las encuestas, los hispanos tienen una resistencia enorme a este billonario que de momento lleva una ventaja grande dentro del partido republicano. Está por ver los resultados en las primarias. Si Trump sale como el abanderado del partido republicano, el gigante durmiente podría ponerse de pie para pararle.


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